8 de octubre de 2008

KANT Y YO

Una vez estaba subida en un tren con mi hermana, yo leía (o más bien hacía como que leía) una novela de García Márquez; ella exprimía por enésima vez un libro cuyo título prometía explicarte a Kant en 90 minutos.
De pronto, me dice que acaba de encontrar una cita que podía aplicárseme a la perfección. Yo pensé: ¿Kant y yo tenemos puntos en común? ¿Será posible que uno de los filósofos más conocidos tenga algo que ver conmigo? Pero no me sonaba posible, ya que mientras Kant pasó la mayor parte de su vida recluído en su pueblo natal, pensando y repensando, yo no puedo tener el culo quieto, precisamente para no pensar.
Le pido que me extienda el texto para ver su subrayado y descubro una frase maravillosa:

"La hipocondria es un mecanismo de defensa para la paranoia".

¡¡Ajá!! Así que somos paranoicos...¿no? Y como no queremos serlo, mejor somos hipocondríacos. Porque, pensándolo bien, ¿qué es mejor? ¿Que te persigan los gérmenes o que te persigan las personas?Además, el mundo está podrido y la paranoia ya es poco rentable. Imagínense un psicólogo que trata de convencer cada semana a su paciente de que nadie quiere hacerle daño, que todo está en su imaginación, y un buen día el paciente ya no regresa porque lo han secuestrado, violado y matado un grupo de maleantes que deambulaban siempre por su zona. ¿Cómo le explica a los familiares que el paciente está muerto "sólo en su cabeza"?

Por eso es mejor ser hipocondriaco, como mi amigo Kant y yo!

1 comentario:

Chivis dijo...

Me impresiona tu capacidad de retención. Prometo que me tomaré un tiempo para leer continuamente tu blog, realmente todo lo que he leído ha sido un placer. Eres una gran escritora.