16 de febrero de 2009

Las nuevas tecnologías

Hasta hacee muy poco era de las que pensaba "Dios! ¿Cómo hacía la humanidad antes para sobrevivir? ¿Qué sería de nosotros sin todos los nuevos artilugios y herramientas diseñados para mantenernos comunicados noche y día?". Pero tras dos incidentes con diferentes amigas me doy cuenta, tristemente, que las nuevas tecnologías sólo sirven para crear rencores 2.0

Antes, si mandabas una carta y no recibías respuesta de tu amiga al día siguiente era algo completamente normal porque las palomas mensajeras van a su ritmo y no puedes apretarles el botón del turbo. Si pasados un par de meses seguías sin tener noticias, pensabas que tal vez el correo había fallado, pero esperabas un par de semanas más antes de volver a escribir. En todo caso, el sentimiento era siempre de preocupación, no de indignación.

De igual manera, si marcabas un número de teléfono y no te contestaban sabías que tu amiga no estaba en casa y lo volvías a intentar. Si tras mucho llamar seguías sin localizarla lo más que podías pensar era "qué mala suerte tengo, nunca le atino a la hora en que está". En todo caso, el sentimiento era siempre de frustración, no de molestia y mucho menos de rechazo.

Pero hoy, los teléfonos celulares (o móviles, como prefieran llamarles), los identificadores de llamadas, los mails, el messenger, facebook, etcétera te hacen sentir rechazado, vapuleado, ignorado y menospreciado cada vez que alguien osa no estar disponible 24 horas al día.

Caí en la trampa y me sentí ofendida... pero cuando estos incidentes se empezaron a repetir me di cuenta de que tal vez el mensaje no era "no quiero saber nada de ti", sino que simplemente todas estas personas tenían algo mejor que hacer que estar pegados a algún aparato electrónico todo el santo día. Entonces pensé "puedo odiarles (lo cual haré un ratito nomás por no dejar), pero también podría unírmeles" y volver a mi tempranísima juventud, donde no estaba pendiente de un ringtone que me acosaba constantemente, donde mis amigas me decían "te llamé ayer, pero no estabas" y tú tan cándida e inocentemente contestabas "ah es que fui por chicles a la tiendita de la esquina". Y tan sencillo. Nadie se enojaba, nadie esperaba una llamada de regreso o un mensaje de texto. Podías desaparecer por días enteros sin que tuviera ningún tipo de consecuencia social.

Esto no significa que ahora vaya a volverme hippie. Simplemente si algún día me llamas, me buscas por messenger, me mandas un mail o me escribes un mensaje y no contesto, no será porque no quiero hablar contigo, sino porque estoy en una etapa de regresión emocional.

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