29 de abril de 2009

Los doctores son humanos

Hoy lo constaté. Son humanos y no lo saben todo. Sucumben ante el miedo y a la superstición como todos los demás y también son capaces de temer por su vida sin que les importe un pepino el juramento hipocrático. ¿Que cómo lo sé? Pues muy sencillo. Mi reciente debut en el mundo de las migrañas me hizo recurrir al médico esta mañana, después de una madrugada de terror en la que un dolor punzante me despertó sin piedad.
Aguanté la mala leche de la recepcionista porque no tenía fuerzas para emprender una batalla de carácter, me fui a sentar obedientemente a la sala de espera y al cabo de escasos minutos me llamaron (¡el sistema sanitario aquí es maravilloso!). La doctora adoptó la típica actitud de doctora y me preguntó con ojos cansados (seguramente de ver pacientes quejarse de males que no lo son tanto) qué me acontecía.
- Pues mire, es que yo creo que tengo migraña.
- ¿Pero no has ido al doctor?
- Sí, sí, la semana pasada pero es que como además me dolía la garganta no hicieron mucho caso con la migraña (es que era un doctora de esas con actitud de doctora que cree que todos los males no lo son tanto).
- ¿Y qué te dieron? Porque aquí no me sale nada de tu historial...
- Ah lo que pasa es que yo hace mucho que no vengo al doctor en España porque me fui a México y...

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! La cara de terror de la doctora y la manera en que se alejó del escritorio instantáneamente me hizo pensar que tal vez había cometido un error en contarle eso de que venía de México. Traté de tranquilizarla diciéndole que de la garganta ya estaba bien, que sólo era la cabeza lo que me dolía, que nunca tuve fiebre, pero era en vano. La doctora hacía todo lo posible para deshacerse de mí, explicándome que ellos tendrían que estar usando el tapabocas (mientras aprovechaba la mención para ponérselo) y que en realidad los síntomas de la influenza porcina eran todos atípicos (WTF?).

Finalmente, consiguió su cometido y me despachó al Hospital Clínic. Por más fastidio que esto representara, pensé que tampoco estaría mal que de una vez por todas certificaran que no tenía influenza porcina y me trataran de una puta vez mi migraña. Así que acudí a urgencias, me atendieron muy rápido y muy bien. Me descartaron y me enviaron a otro consultorio para ¡por fin! atender mi migraña.

Así que me encuentro muy satisfecha del resultado de la jornada, ya que además de recibir el tratamiento de mi ahora extinta migraña, pude constatar que los doctores son como el resto de los mortales. Esa bendita doctora me ha abierto los ojos. De ahora en adelante, cada vez que un doctor se quiera pasar de listo conmigo o esté intentando menospreciar mis síntomas pienso decirle que acabo de regresar de vacaciones del foco de infección mundial en turno: fijo me mandan al hospital, pero por lo menos esa noche estoy segurísima que no duermen.

2 comentarios:

Dawn A.G. BlackRaven dijo...

No pude evitar reirme con tu post... Pude hasta imaginar la cara de terror de la doctora al mencionar la palabra "México"...
Sí, los doctores son humanos...y acá en Chilangolandia su exceso de humanidad les ha permitido caer en un contraste extraño... unos entraron en pánico, otros cayeron en la indiferencia... pero esto último es normal, dado que también mucha gente ha corrido al médico, sólo porque les duele una uña, y piensan que ya es influenza...

Espero tu ataque de migraña esté mucho mejor y no se repita... Por cierto, te recomiendo una fórmula homeopática que puede ayudarte...
Sanguinaria 6c (consigues el preparado en cualquier farmacia homeópata) te tomas una pastillita cada 15 minutos, como máximo 10 veces si persiste el dolor.... Increíblemente, en mi caso me ha alivianado bastante y ha evitado meterme dosis fuertes de medicamento alópata...

E insisto... me robaste una gran sonrisa con tu colaboración de hoy...
un saludo no porcino desde México...

Astro dijo...

Hey, pues voy a intentar el remedio. Me encuentro perfectamente pero lo buscaré por si las dudas, no vaya a ser que a la migraña le de por volver. Gracias!