8 de enero de 2009

Sin teorías

"¿A dónde se va el amor?" era originalmente una serie de 4 teorías y una conclusión, encargo autoimpuesto para ayudar a un amigo en desgracia a encontrar una respuesta válida a esta pregunta.
No pude terminar el encargo, lo siento... pero es que ¿cómo poder cumplir la tarea si, cuando te encuentras rascando en lo más profundo de las miserias vistas y vividas, llega él y te dice sorprendido "venía todo el rato en el tren pensando lo mucho que te quiero. Y te quiero mucho, muchísimo"? Ahí me desarmó. Ya no puedo ser cínica ni melancólica, por lo menos no hasta que se me pase la impresión. Estaba perplejo de darse cuenta de que la distancia entre lo mucho que me quería a mí y lo que quiere, quiso o puede llegar a querer a alguien es enorme. ENORME...
Y me regodeo.

ENORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRMEEEEEEEEEEEEEEEE.

Sé que el mundo no es para nosotros, que estamos en la época del dolor, que el amor clásico ya no vende y que yo no estaba destinada para esto. Pero ¿qué importa? ¿Qué más me da que digan que soy cursi? ¿qué me importa parecer menos profunda? Me lo merezco. Las profundidades fueron mi hogar por mucho tiempo, pero ahora voy a flotar en ese "enorme" que tiene cara de ser duradero...no diré para siempre porque aún no creo en los cuentos de hadas. Aunque tal vez algún día lo haga.

2 comentarios:

Luis dijo...

¿A quién le importa a dónde se va el amor, cuando lo tenemos en nuestra casa, enorme, reluciente, cómodamente acurrucado en la cama, sonriente y sin demostrar la menor intención de ires a ningún lado?

Luis dijo...

(donde creyeron leer "ires", dice en realidad "irse")