17 de junio de 2009

Decálogo Barcelonés

Después de un tiempo considerable viviendo y re-viviendo en esta ciudad he aprendido ciertas normas de convivencia y de estilo de vida muy útiles para todo aquel que desee integrarse, o por lo menos para comprender un poco qué carajos está sucediendo a su alrededor. Eso sí, es muy importante recordar que son mandamientos endémicos, en muchos casos exclusivos y cuya observancia en otro contexto puede llegar a ser desde reprobable hasta perjudicial, rozando incluso los límites de la ilegalidad. Dicho lo dicho, he aquí mi brevísimo TOP 10 del manual de uso de la ciudad de Barcelona.

1. Barcelona es Barcelona. Si se pretende llegar cuerdo a la cena es mejor no intentar pronunciarse ni por España ni por Cataluña.

2. Lo que no combina, contrasta. La moda es subjetiva como todos sabemos y aquí se estira esa noción como chicle de bolita. Cualquiera de estos días te topas, conviviendo en el mismo espacio, a una chica toda en caqui como si acabara de salir de un safari y a otra con pantalones negros y bolas naranjas con camiseta verde y zapatos morados. Cuadros, rayas, estampados, colores, formas...todo se complementa, se conjunta, se hace hincapié y el resultado jamás será mal visto ni criticado por ninguno de los habitantes de esta ciudad.

3. Liar porros es normal. Afuera del tren, adentro del tren, en la puerta de los colegios, en el autobus, en un bar, en el metro, sentados en la banca de un parque, con gente desconocida alrededor... en todos estos escenarios he visto gente liar porros con gran naturalidad y sin asombro de ninguno de los presentes.

4. Todo el mundo tiene derecho a circular. Esta es mi favorita, ya que la mezcla inevitable de turistas con la gente que va y viene del trabajo suele producir contratiempos a la hora de trasladarse. Cuando llevas prisa, el grupo de adolescentes franceses mega emocionados con su primer viaje a Barcelona te hace un tremendo tapón en el pasillo o en las esclareas eléctricas que no te permite avanzar. Cuando vas paseando, el oficinista que ya va tarde al trabajo va echando pestes porque la gente no le deja pasar y sí, la gente eres tú, te lo hace notar, te hace cara y cuando tienes suerte hasta te empuja. Me encanta ese incuestionable derecho a joder el tránsito del otro, sobre todo cuando me toca ser del bando de los que van a trabajar...tengo permiso de quejarme a todo pulmón porque la gente va pendejeando en el carril bici o porque se ponen del lado izquierdo de la banda transportadora.

5. Toda Latinoamérica es Sudamérica. No discutas, no pelees, no pierdas el tiempo tratando de matizar, no lo van a recordar y, de todas maneras, no importa. Abrázalo y únete a la hermosa comunidad sudamericana que te está esperando con los brazos abiertos. Además, te lo puedes pasar de lo lindo con los fascistas retrasados que te quieren molestar diciéndote sudaca.

6. La palabra "Dormir" entra en el diccionario después de que pasa el camión de la basura. Si te acuestas con la intención de dormir antes de medianoche, lo más probable es que te acabes despertando echando pestes. Mejor una tilita y un poquito de televisión.

7. Conoce a Monegal. Esta es por capricho, pero de verdad, es que es muy bueno!

8. La crema catalana es la crême brulée. En todas las cartas de los restaurantes encontrarás este postre que sabe igual que la crême brulée, pero si te preguntan, di que no es igual, que sabe diferente.

9. Hay que tener una agenda sólo para eventos culturales gratuitos. La oferta es avasallante, siempre hay algo que hacer, pero tratar de recordarlos todos es imposible, siempre se te acaban pasando. Si eres de los que no les gusta tener tantas opciones porque no saben decidir, múdate a otra ciudad.

10. Las grúas son parte del paisaje urbano. Si pudieran hacer visitas guiadas a las grúas, las harían y ¡gratis!

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